Unti(L)tled
Prefacio
- Hola, soy un fish de mierda y no estoy orgulloso de ello.
- Holaaa fish!
Pasaban unos minutos de las diez de la noche y me conecté a EducaPoker. Acababa de salir de una de mis habituales sesiones multinivel y multijuego en tilt. Año y medio después mi juego sigue siendo un puro caos... Por casualidad di con un post de SedvorY que anunciaba el inminente inicio de una clase de nivel Colegio en la sala Everest. Aunque no lo tenía previsto, ni tampoco iba con muchas ganas de aprender, en ese momento me apeteció asistir a esa clase. Quería relajarme un rato y ver póquer sin más florituras que unas tablas y una pequeña base teórica con la que empezar en este mundo. Y, de paso, ver qué tal lo hacía ese profesor que no conocía.
Me instalé el software de Everest, ya que hacía meses que no me conectaba a esa sala, y me conecté al Mumble. Ahí estaba el profesor, esperando a unos alumnos que aún no habían llegado. Enseguida me saluda y me pregunta qué quiero hacer. Primera sorpresa. Y yo que sé, pensé, ¡si yo sólo venía a pasar el rato y a conocer que tal era ese profesor! Le digo que mejor dejamos la clase, me sabía mal que malgastara su tiempo con un pescado como yo. SedvorY insitía, me invitaba a hacer lo que yo quisiera, a que me aprovechara de la situación y le plasmara mis dudas. Así que en unos minutos pasé de querer pasar el rato viendo a un profesor pelar a los incautos pececillos a, de repente, tener a un profesor a mi entera disposición. ¡Horror!, que cagada meterme aquí pensé. No quería ser descortés pero lo triste de la situación es que no sabía qué decirle, al entrar a la clase mi "chip" no estaba programado para asimilar demasiados conceptos.
Le expliqué por encima qué niveles jugaba y que era un mal jugador. Le decía que había dejado la SSS, que me tildaba con facilidad, que no era constante en el aprendizaje, que cambiaba de cash a sits tan pronto como tenía media sesión mala. "Olvidé" comentarle mis cashouts constantes, mis gambleadas ocasionales y mi nula predisposición a convertir este juego en algo más que una ocasional partida de parchís. Obviamente el profesor dijo lo que tenía que decir: mal, muy mal, no debes hacer eso, debes controlarte, ser constante, etc.
Pasados unos minutos de divagaciones mentales empiezan a entrar algunos alumnos. Bien por mi, nos podíamos contar con los dedos de una mano pero por fin tendríamos clase. SedvorY dejó claro desde el inicio que dada la situación aprovecháramos para preguntar tanto como quisiéramos. Así que abrió cuatro mesas y se dispuso a empezar una clase en petit comité.
La clase era amena, no hubo muchas preguntas pero sí buenas respuestas. Una vez más se demostraba que estas clases en vivo son un lujo que deberíamos valorar en su justa medida. Yo, aunque atento a la clase, seguía con mis pajas mentales, y en una de esas que me dió por preguntarle al profesor de "dónde venía". Craso error.
SedvorY nos contó la bonita historia de un jugador que, con algunas nociones de póquer, se registró en la escuela el mismo día que yo. Este jugador, estudiando la misma estrategia que yo dejé por el camino por culpa de un par de sesiones malas jugadas como el culo, había evolucionado su juego hasta tal punto que unos meses después ya jugaba con regularidad en NL100. Además, y para mayor tildada del presente, dejó caer algo así como de 50 a 5000 y soy tan bueno (esto lo digo yo) que "me la suda el rakeback y juego en una sala minoritaría porque la forrada va a ser aún más brutal" (otra licencia prestada ;-) ). Y además ahora daba clases, lo que faltaba.
Mi primera reacción fue de sorpresa, la segunda de envidia sana y después de mayor cabreo del que ya tenía.
Y empezaron las obviedades. Si SedvorY, como tantos otros, ha progresado a base de meterle horas al estudio del juego, de ser consciente de lo que uno hace y porqué lo hace, ¿no puedo hacerlo yo? ¿Dejaré algun día de regalar dinero? ¿Me tomaré de una vez por todas este juego, que además me gusta, en serio? Es todo tan obvio y las respuestas son tan claras que sorprende que haya tantos jugadores como yo. Pero los hay claro, y riegan las mesas con mucho dinero.
Al terminar la clase, y antes de ponerme un nuevo capítulo de mi psicópata favorito (Dexter se llama) llegué a varias conclusiones.
- Aceptar, por mi propia autoestima xD, que no soy tonto del todo y que aún puedo aprender.
- Que después de año y medio haciendo el capullo por las mesas sí puedo considerarme un perfecto imbécil por tomarme esto como un "matador de rutina".
- Que siempre he envidiado la satisfacción que debe suponer ver que las horas de estudio se plasman en un mejor juego, ganando en la propia seguridad del que sabe que está actuando en EV+, sabiendo que el mejor control del tilt es el propio conocimiento del juego y de uno mismo.
- Que los buenos propósitos no van conmigo. Que aunque nunca he perdido dinero (o he ganado mucho menos de lo deseado) simplemente me tomaré el póquer más en serio porque realmente es un juego que me gusta, y además estoy convencido que siendo buen jugador lo disfrutaré mucho más de lo que lo he hecho hasta ahora. Y, obv otra vez, ganaré más dinero.
En el próximo post contaré mis sensaciones de mis primeras 5.000 manos del 2010.
☻/
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/ \ Saludos.
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